
La Finca Villarreal nace de un sueño familiar. El deseo de varios hermanos que desde muy pequeños, escuchaban los relatos mágicos de sus padres acerca de otras fincas ubicadas en el “Topacio” y “San Bartolo”.
Ese deseo innato de estar conectado con la naturaleza, de alejarse del ruido y el afán cotidiano de la ciudad, de disfrutar un clima maravilloso y de sembrar en tierra fértil los frutos más dulces, fue materializándose cuando el menor de los Villarreal encontró este pedazo de tierra autosostenible al que llamaron Finca Villarreal, un regalo de Dios.

En medio flores, árboles, el canto de las aves y toda la abundante biodiversidad que ofrece el bosque de niebla, el menor de los Villarreal junto a su esposa e hijos, le dan forma a un sueño familiar con amor, dedicación y tesón. Un legado puro y natural para las próximas generaciones.
La Finca Villarreal es un tesoro familiar que se comparte con todos los que valoran, respetan y aman la naturaleza.